Hoy ha sido nuestro tercer día todos juntos. El cambio de Agueda ha sido espectacular. El primer día pensábamos que no sabía andar si no era cogida de la manita, tuvimos dudas de si oía bien y estaba tan bloqueada que costaba que nos mirara.Como podeis ver en las fotos hoy es otra niña. Ayer la dejábamos en la cama sentadita y podíamos ordenar cosas.... hoy se baja de la cama y se come las pegatinas de Bambi de su hermana. Nos persigue hasta el baño y balbucea continuamente para que le hagamos caso. Ayer conseguíamos arrancarle alguna sonrisa. Hoy no para de reir. Estar viviendo este cambio, que en realidad es ver cómo nos va aceptando es muy emocionante.
La logística familiar, la verdad es que es bastante cómoda (estamos en un hotel de 5 estrellas). Tanto Agueda como Miren son todoterrenos y lo mismo les da comer en un restaurante que improvisar un picnic en el suelo de la habitación. Comen potitos o noodles o pollo picante y no hacen demasiados ascos a nada. Vuelven locas a las camareras porque han descubierto que los palillos no sirven para comer pero en cambio hacen unos ruiditos preciosos si los golpeas contra los platos.
Aún no hemos visitado demasiado de la ciudad porque estamos todo el día haciendo papeleos. Mañana y hasta el martes siguiente ya no tenemos nada que tramitar por lo que empezaremos a hacer excursiones y, si el tiempo acompaña estrenaremos la piscina descubierta del hotel (también hay cubierta, sala de juegos, gimnasio, sauna, squash.....).
La gente, tal y como os decíamos es encantadora. Nos paran continuamente por la calle para decirnos cosas (o mejor dicho para decir cosas a Miren y Agueda), pero la sensación es de muy buena acogida. El personal del hotel derrocha paciencia y está todo el rato pendiente de lo que podemos necesitar.Nuestra guía (jing-jing) es un encanto y además muy eficiente....Como esto siga así nos plantearemos seriamente volver.
Mirenchitas está muy bien aunque como es lógico adaptándose al supercambio que le supone una hermana. Alterna entre hacer de madre de Agueda o ser también ella una niña pequeña. Lo normal en estos casos.
Nosotros mucho más descansados que los últimos días de Barcelona y sin acabar de creernos del todo nuestra inmensa suerte.
Guangzhou, como Marina d'Or, ciudad de vacaciones.
Besos a todos
